Estoy leyendo de nuevo mi libro favorito, creí no estar preparada por las escenas de violación y por lo duro y filosófico que es… Estoy deprimida, para aquellos que no lo han notado, voy a terapia.
La cuestión es que, de las muchas conclusiones que te hace llegar, hay una en particular relacionada a el poder y la violencia, su estrecha relación. En el libro 200 personas que se han quedado abruptamente discapacitadas de la vista deben sobrevivir solos, a pesar de que hay gente apelando a la moral, a delegar por votos, a conversar y repartir lo mejor que se pueda las provisiones, un grupo de 20 hombres logran hacerse con un arma de fuego y arman estoques con los fierros de las camas. Es así como este pequeño grupo consigue hacerse con todas las comidas para todos, pidiendo tributos monetarios y corporales para darles migajas al resto de ciegos. Unos pocos, los más violentos se hacen con el poder y los recursos. La novela transcurre en una distopía, una catástrofe, mas viene a reflejar al mundo normal, actual, la maldad humana que pasa desapercibida hasta que ya no queda nada más para taparla.
Así es el mundo, quienes ostentan puestos de poder jamás son los de buen corazón; los que quieren saber las opiniones de los demás; los que quieren repartir la comida con equidad. No es extraño ver entonces partidos políticos encubriendo a pederastas, asesinos, lo peor de la escoria humana, de esos en que si el mundo cayera por una epidemia de ceguera serían los primeros en robar, matar, abusar a plena vista, porque ya nadie los ve. No hacen las cosas en pública porque temen que los juzguemos con los ojos. Los políticos son corruptos porque nadie de buen corazón perseguiría el poder. Adentro de sus círculos, de sus reuniones hay una complicidad macabra, entre ellos se encubren, y es horrible.
La vida es injusta, le da las mayores batallas a civiles de buen vivir, y les da la mayor riqueza, gloria, y reconocimiento a los generales vampiros. A lo largo de mi paso por estos caminos he visto como la gente que me ha hecho daño se encuentra en puestos de poder, de reconocimiento. La gente avala y alaba a quienes yo de primera mano sé que son malas personas, y sé que no han cambiado porque no han tenido motivos para cambiar, jamás nadie les ha reprochado sus conductas y así como han sido han encontrado éxito.
Labramos nuestros senderos, y a diferencia del hippie positivismo de la atracción, quienes más nos encausamos de forma noble menos vemos resultados amenos.
Sabe mal, sabe mal que una sude, se caiga, se pare de nuevo, luche contra todo, para obtener migajas malogradas, mientras quienes tienen éxito lo tienen por sus malas costumbres. El opresor siempre oprimirá al débil por las lógicas del poder.