Con respecto a el estado del arte y la cultura en LA SITUACIÓN ACTUAL (no puedo usar ninguna palabra directa porque es censurada por las redes sociales de Zuckerberg), he de decir que se está pasando muy feito, ya de por sí en los países tercermundistas el arte y la cultura siempre han sido mirado en menos porque son inútiles para el Estado, somos un país productor, hay que trabajar, no hay tiempo para el ocio porque no esperan grandes mentes, esperan fuerza de trabajo. Es así como los mayores grados de inteligencia se logran de una milico llamada jaquelina que cree que por ser militar estudió, la inteligencia esperable del trabajador es en saber hacer habilidades mecánicas, no en realmente saber, el saber va más allá de lo establecido ya, va hacia la creación, en lo nuevo que podemos aportar como sociedad.
El arte es creación, y cuando el mundo se sumerge en destrucción se cree que ya no hay razones para crear, que no es necesidad, y ese es un error ¿Cómo vamos a reconstruir después si nos echamos a morir? ¿Vamos a salvar a la humanidad pero no a lo que nos hace personas?
Es fuerte ver como en Latinoamérica una profesión que ya era mirada en menos ahora descienda a niveles incluso más inferiores. Pero más impactante es ver como en países de primer mundo, donde sí se podía vivir del arte, donde la cultura era valorada porque el blanco acomodado sí dispone tiempo para el ocio y el desarrollo mental, el arte se cae a pedazos. Los y las músicos han sufrido para seguir a flote, lo mismo las grandes discográficas, sin embargo está Spotify ¿No? Claro, ese es el salvavidas de las discográficas, no de las músicos, las artistas dependen de sus ingresos directos en conciertos porque así es la industria, poquito le dan a quienes crean. Por otro lado la industria del cine se fue a la concha de la lora, en verdad, todas las personas conocen la plataforma de video on demand o de streaming, pero esa es sólo una parte de la ganancia, el cine seguía dependiendo de los estrenos, de la cultura de ir al cine… Porque no se trata sólo de escuchar música o ver una película, se trata de la experiencia, del ritual, de eso depende el arte popular. Toda esa cultura de las premiaciones, los festivales, el hype, el ir primero al cine, evadir los spoilers, ir al cine es caro porque pagas más por la película y es ahí donde las productoras amasan su dinero.
Y para la artista pequeña, la escena underground, indie, esto suele aún más, porque en Spotify todo el dinero va para la distribuidora, casi nada para la artista, y al final donde la artista hacía dinero era en la experiencia en vivo. Personalmente fue un mal año para elegir finalmente decantarme por el mundo del arte, no porque sea buena en ello, sino porque antropológicamente me gustan los fenómenos que se dan dentro de este, me gusta el arte aunque no le pegue. No obstante, no se come del amor al arte, con mi documental de graffiti me di cuenta que a pesar de hacer algo sin presupuesto, de hacerlo bien indie, igual se gasta bastante dinero, ya sea en la locomoción o el tiempo invertido. Si bien me encanta el trabajo documental aveces llega a ser estresante, requiere mucho tiempo… Y sí pues, amar aveces duele, mi relación con el cine no puede ser más tóxica. Lo odio, no lo consumo, no he visto ni la naranja mecánica, pero me gusta usarlo, aunque me desgaste, aunque me exija demasiado de mi, aunque me termine usando a mí. Definitivamente no se vive de puro amor en esta democracia fascista y (anarco)capitalista ¿Mas de donde se saca el dinero? La respuesta para el director de cine indie siempre han sido esos festivales indies que le encantan a la gente snob, cualquiera puede participar, en su mayoría son de inscripción gratis, y aunque hayan arreglines por ahí se ha visto ganar a gemas ocultas. Suculento dinero de los premios de los festivales, sin mencionar la fama que puede llevarte a que productoras financien tus egocéntricos proyectos ¿Y dónde están esos festivales que le dan ilusiones a la directora de cine indie? Cancelados por la situación actual *ba dam tsss*. Es que quienes organizan los festivales también necesitan comer, y seamos honestos, hacer el festival online con entrada, es algo irreal, nadie va a querer pagar lo que se paga por un ticket presencial, la gente quiere consumir contenido online gratis. Los festivales necesitan ser presenciales para ser rentables, aunque sea para pocas personas, no importa, así más exclusivo y cobras más caro por una entrada que cualquier snob primermundista moriría por pagar. Y es aquí donde llegamos al punto, el Estado no lo permite, porque no es prioridad la cultura, ya en ningún lado del mundo, es como si el mundo entero se haya vuelto Latinoamérica, el mundo entero es tercermundista ahora. Ve a a trabajar, y trabaja y toma un permiso para el supermercado, y ve a comprar si quieres para mantener viva nuestra economía, pero al cine no puedes ir, la cultura no es primera necesidad. Los Estados nos están sumiendo a una esclavitud primitiva, por primera vez somos más iguales con el hemisferio norte, ambos sufrimos por igual y somos tratados como humanos, pero no como personas.
Esta es la disyuntiva actual, no se necesita ser un conspiranoico de ultra derecha para sentirse esclavo.
¿Que somos las personas sin cultura?